lunes, 11 de septiembre de 2017

Caso Maldonado #Lecturas

La lluvia de desinformación merece, a más de 40 días de la desaparición forzada de Santiago Maldonado, ponderar medios alternativos que no solo resultan más incisivos sino que son el resultado de una investigación periodística sin concesiones.

1) El Disenso: entre la cantidad de notas subidas con abundante información, a tal punto que recibieron intimidaciones y amenazas, leemos la mas actual que arranca desde un interrogante para pensar.

¿Qué pasaría si la resolución de una desaparición forzada dependiese de un sondeo de opinión?
 10 de septiembre de 2017
por Mariana Escalada & Agustin Ronconi
EL DISENSO

2) Revista Citrica: desde una perspectiva más íntima buscan trazar un perfil de Santiago Maldonado con testimonios de quienes más lo conocen.


Santiago, el brujo vikingo
10 de septiembre de 2017

Revista Cítrica

3) Revista Anfibia: se meten de lleno en la polémica de la "politización en el aula".

Profe, tengo una pregunta
por Manuel Becerra
Revista Anfibia

4) Pájaro Rojo: blog periodístico personal que reflexiona en torno a los "pescados podridos" para tratar de sacar conclusiones en limpio, si es posible acaso con el estado de desinformación permanente que el monopolio multimediático despliega 24 horas al dia, 7 dias a la semana por más de 300 medios y plataformas virtuales.

CASO MALDONADO – INTERNAS POLICIAL E INTERFUERZAS. Por qué el negado informe de un “pluma” de la Federal acerca del asesinato de Santiago parece sin embargo veraz
09 de septiembre de 2017

por Juan José Salinas
Pájaro Rojos

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El Disenso

¿Qué pasaría si la resolución de una desaparición forzada dependiese de un sondeo de opinión? El giro de 180 grados en la aceptación por parte del Gobierno, medios hegemónicos, políticos, empresarios y comunicadores respecto a la desaparición de Santiago, podría deberse a la horda de nuevas encuestas y resultados de Focus Groups que están llegando a Casa Rosada. Esta semana los vecinos de provincia fueron encuestados telefónicamente por temas electorales, pero la última pregunta desató la indignación de muchos bonaerenses, y tiene que ver con el Caso Maldonado.

A más de un mes de la desaparición de Santiago, el caso finalmente llegó a la tapa de La Nación, apuntando directamente a Gendarmería. Desde InfoBae, medio donde se originaron las operaciones más humeantes de la mano de la pluma de Silvia Mercado, hoy aportan un video que descubre una mentira flagrante de Gendarmería en la causa, mientras que desde las paginas de Clarín señalan las contradicciones de la Ministra Bullrich en la investigación y levantan los dichos de un hombre de Peña que aseguró que lo más probable es que algún gendarme le haya “pegado” a Maldonado.



El Disenso
LN: LA INVESTIGACIÓN POR EL CASO MALDONADO APUNTA “AHORA” HACIA GENDARMERÍA.
“Lo que más probable que haya pasado es que algún Gendarme suelto le haya pegado a Santiago Maldonado, sin saber que lo estaba hiriendo gravemente” expresó risueñamente a una radio Hernán Iglesias Illa, Coordinador de políticas públicas de la Jefatura de Gabinete, y hombre de confianza de Peña Braun.

La señora de los almuerzos que cobra casi 1 millón de pesos por PNT, criticó abiertamente al gobierno por el manejo del caso, al punto que Macri le pidió a la Ministra Bullrich que la llame personalmente para darle las explicaciones pertinentes, cosa que no hizo siquiera con la propia familia.

Hasta los dueños de Argentina emitieron un comunicado publicado por InfoBae, reclamándole al gobierno una pronta resolución del Caso Maldonado, y cuando decimos “dueños” es literal porque el comunicado fue difundido por el Instituto para el Desarrollo Empresarial de Argentina (IDEA) y cuenta con el aval de apellidos como Pagani (Arcor), Rocca (Techint), Magnetto (Grupo Clarín), Bagó (Laboratorios Bagó), Roggio (Grupo Roggio), Cartellone (Cortellone Construcciones), Coto (Coto), Pescarmona (IMPSA), Rattazzi (FCA), Grimoldi (Grimoldi), Elsztain (IRSA), Grobocopatel (Los Grobo), Saguier (La Nación), Braun (La Anónima), Roemmers (Roemmers), Morita (Southern Cross Group), Galperín (Mercado Libre), Martino (HSBC), Figueroa (Citibank), Ledesma (ICBC), Minujín (JP Morgan), Blaquier (Banco Itaú), Linari (BNP Paribas), Uchino (The Bank of Tokyo-Mitsubishi), Remy (Dow Argentina), Andreani (Andreani), Aranda (Grupo Clarín), Frávega (Grupo Frali), y Dietrich (Grupo Dietrich), entre otros.

Es muy sencillo detectar en este grupo formado por los empresarios más influyentes de nuestro país, a amigos y parientes de funcionarios del más alto nivel, y a gran parte de los aportantes de campaña del PRO, esos que llevaron a Mauricio Macri a la presidencia.

Y esta vez fue Clarín quien publicó que “el caso pasó a ser una cuestión de Estado” para el presidente. A buena hora… Los resultados de los Focus Groups encargados por Casa Rosada, arrojaron que “más del 60 por ciento de la población puede describir con mayor o menor precisión que hay un joven desaparecido desde hace ya más de un mes” y que “los resultados se debaten entre quienes dicen haber “escuchado hablar algo al pasar” y quienes “conocen cada detalle” de la investigación”. Del porcentaje que oyó o leyó la noticia la mitad culpa al Gobierno por la desaparición, el resto cree que tiene que hacer algo para que aparezca Maldonado, pero no le adjudica ninguna responsabilidad en el caso.

Las últimas encuestas vía IVR sorprendieron a los bonaerenses, ya acostumbrados a contestar sondeos electorales en forma diaria. A las preguntas socio-ambientales de forma se incorporó una pregunta puntual sobre la desaparición de Santiago Maldonado. Angela es socióloga y fue una de las vecinas platenses que participó de esta nueva modalidad: “Están encubriendo y haciendo tiempo a ver como dan las encuestas. No me sorprende, pero me espanta” explicó al tiempo que denunció manejos espúreos sobre un caso de desaparición forzada. La pregunta realizada a Angela fue la siguiente:

Si se confirma que a Santiago Maldonado lo desapareció Gendarmería, usted responsabilizaría a:


1) Gendarmería
2) Gendarmería y la Ministra Bullrich
3) Gendarmería, la Ministra Bullrich y el presidente Macri

La utilización de un caso de desaparición forzada como tema de un Focus Group para medir cuantos puntos le cuesta al gobierno su tratamiento actual, es en estos momentos la clave para su resolución. Los Focus Grous hablaron y le aseguraron al gobierno que el Caso Santiago Maldonado supeditado a la responsabilidad de Gendarmería no le baja puntos en las encuestas, esto significa que en la medida en que los argentinos restrinjan la responsabilidad a las fuerzas, el gobierno permitirá que se resuelva el caso donde, si bien la responsabilidad en la cadena de mando es ineludible, la Ministra Bullrich es el fusible que le asegura a Macri salir limpio del tema.


Desde 1983 hasta la asunción de Macri, con altos y con bajos, vivimos en un Estado de Derecho, en donde lo que importaba era lo que dice la Constitución, que incluye en su plexo un tratado sobre desaparición forzada de personas. En tiempos de Durán Barba, ya no es importante nuestra Carta Magna, sino la respuesta de la opinión pública a través de Focus Groups, y las decisiones se toman de acuerdo a los resultados arrojados por grupos de personas que, a través de un teléfono, indican su preferencia por el vestuario de Vidal, el corte de pelo de Peña, o la responsabilidad por un desaparecido en plena democracia.


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Revista Citrica

El artesano que tatuaba a cambio de comida. El cocinero de chapatis de polenta. El brujo que curaba con aceites naturales. El vikingo valiente que se animó a apoyar al pueblo mapuche en una represión. Santiago Maldonado, según sus amigas.


"Con el Brujo nos conocimos hace tres meses, a partir de un amigo en común. Lo conocí por su laburo, porque es tatuador", dice "A". "Al Brujo lo conocí en la feria, un día que estaba por irme, desarmando el puesto. Me acerqué, me atrajo su energía de buena onda. Él estaba con otros chicos, mostrándoles un block con las fotos de los tatuajes. En ese instante empezó a pasar más gente, y todo el mundo le elogiaba sus trabajos, que son hermosos. Tatuaba muchos animales, naturaleza y colores. Así de golpe fue la conexión", nos dice B. Nos los contaban en la Feria de El Bolsón hace un par de semanas. Sin decirnos sus nombres. Preferían refugiarse, protegerse. La Gendarmería no solo se había llevado a su amigo Santiago y permanecido en la entrada de la Pu Lof durante 15 días. Las fuerzas de seguridad también las vigilaban a ellas. Es que desde la desaparición de Santiago varias veces vieron pasar, como sagaces felinos, unos autos inusuales. Vidrios polarizados, agazapados, que estaban cerca de sus casas, que daban vueltas. Autos que antes no veían. Autos que son mirados, pero que también miran. Ruedan y dejan marcas en los caminos de barro, y vuelven a pasar y pisar sobre sus mismas huellas, haciendo zanjas. Buscando, quién sabe qué. Pero la intuición avisa con apretujones en el vientre. El instinto no las traiciona. Lo saben, y se refugian.

El Bolsón descansa su silueta bien al sur, del suroeste de Río Negro, casi coqueteando con Chubut. Un paraje que -reparado entre montañas- existe como protegiéndose, como ocultándose bajo el ala de la Cordillera de los Andes. Quizá Santiago Maldonado haya sentido de la misma forma, más allá de ir tras la Meca de los artesanos por excelencia. Es decir, quizá haya viajado desde 25 de Mayo, provincia de Buenos Aires, desde la casa de los viejos en el Barrio Obrero, a este recóndito paraje de una belleza natural perpetuamente inimaginable, en busca de protección, y de proteger; de refugio, y refugiar; de acompañar y ser acompañado. Buscar por buscar es, en definitiva, el norte en la brújula de los nómades.

Allí abajo, como versos de un poema, un conjunto de empedernidos artesanos, paño en el piso, despliegan un arco iris de mantas con ingeniosas creaciones. Y ahí también armaba Santiago su sinfín de dibujos, con destino de tatuajes. Sus imaginaciones, sus destrezas, sus dones, sus Bellas Artes. Santiago es mochilero. Le gusta viajar. No se queda mucho en ningún lugar. Y en ese devenir, hacía tres meses que andaba por El Bolsón.

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Ahí nomás de la manta de El Brujo, las chicas arman lo propio. Dos chicas. Digamos A y B. No sabemos sus nombres. Tanto en la redacción de esta narración, como en la charla con las amigas de Santiago, existe un singular y cuasi anacrónico denominador común: un choque de tiempos verbales, que anuda una soga que viaja desde el estómago hasta la garganta. Saltos temporales inconscientes. Se habla en presente y pasado al mismo tiempo, incluso dentro de la misma frase. Es que estar desaparecido lleva -al habla cotidiana- a esa encrucijada. A estar presente, y a la vez no. Al impacto constante de sensaciones que debaten entre sí el desesperado anhelo de que Santiago regrese con vida, y la posibilidad fehaciente y dolorosamente pragmática de que no lo haga.

Y toda la charla transcurre así. Los pensamientos y sentimientos padecen de la misma cruel dualidad verbal.  "Lo invité para que venga a mi casa a cenar, charlamos de tatuajes; después pegó onda con otra gente que también estaba, y empezó a venir cada vez más seguido", recuerda A el día en que conoció a Santiago. "La primera vez que me tatuó, él necesitaba la plata, y yo hacía rato que me quería tatuar. Entonces coordinamos y lo hicimos. Después me tatuó una segunda vez, pero yo no tenía la guita, y él necesitaba comida. Entonces hicimos un trueque por unos dulces caseros, nueces y hongos de la zona", explica.

En su narración, "A" cuenta que el Vikingo es una persona que vive con cosas naturales, que no come carne porque no comulga con la idea de que los animales sean lastimados. Por eso es vegetariano, "y elige comer así porque no quiere que lastimen a los animales y se haga negocio a partir de eso. Es parte de sus ideales".

"Siempre estaba con el tema de que él era un vikingo. Le ponía humor a la jornada en que estábamos juntos. Se ponía a rappear: alguien hacía una basecita y él se ponía a tirar sus letras, y nos matábamos de risa". "Es una persona que se interesa por diferentes culturas, como la de los vikingos. Se interesa por las cuestiones naturales, y al ser los mapuche ‘la gente de la tierra, le surge ese interés. Esto lo sé por las cosas que charlábamos en casa. Un día tuvimos una conversación de varias horas, donde hablamos del parto natural. Él estaba a favor. Todos sus pensamientos eran naturalistas, de interesarse por lo primitivo, por las cosas dadas en su inicio’, explica.

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-¿Cómo viven ustedes la angustia de la ausencia de Santiago?

A- Desde que me enteré, vi su foto y lo empezaron a nombrar por la radio, la rutina es despertarse todas las mañanas, mirando el Facebook, para ver si hay alguna novedad. Y acostarse todas las noches, viendo por internet, averiguando, buscando páginas, para saber quién informa algo que sea verdad. Porque ¡veo cada barbaridad! Leer los comentarios de distintas páginas me hacen mierda. Una lo conoce al Brujo, y sé que no es la persona de la que están hablando. Están diciendo cualquier barbaridad. Que es un terrorista, cuando sé que es una persona que no va a lastimar ni a un animal. Entonces, todo eso me hace mierda. Todos los días es una constante de idas y vueltas, de marchas, de convocarse, de acercarse, de conocernos entre nosotros a partir de todo esto, una angustia constante. Y a la vez me pasa, que salgo a la calle y siento una persecución. Sentí una persecución cuando lo fueron a buscar a la casa en la que él estaba viviendo, en lugar de ir a buscarlo a donde lo secuestraron. ¿Por qué no lo buscan en las camionetas donde se lo llevaron? ¿Por qué no indagan en Gendarmería? ¿Por qué no apuran los resultados? Eso no se entiende. Para mí, lo que están haciendo es una persecución. Lo persiguen en vez de buscarlo.

-¿De qué temas solían conversar?

B: Mucho de política no hablamos. Sí lo hacemos sobre conciencia solidaria. Somos dos personas solidarias, y por eso me siento muy identificada con él. El día en que se supo por radio que había mujeres y niños solos (en la Pu Lof Cushamen) todos sabíamos que era real la persecución. La gente que apoya a la Pu Lof recibe mucha persecución de diferentes formas. A Romina Jones Huala le bajaron dos dientes después que fue golpeada por la Gendarmería, y siendo mujer. ¡El 10 de enero (durante una de las represiones al pueblo mapuche) esposaron a una nena de 9 años! Sabemos de la violencia de Gendarmería, son lo más turbio que hay. Nunca tuve la valentía de enfrentarme a ese poder, es decir, ir a apoyar y estar en el lugar en sí.

-¿Ustedes sabían que podía haber un ingreso de Gendarmería a la Pu Lof?

B: Estaban por entrar. Sabíamos que habían detenido nueve personas en Bariloche, y que no había hombres. Porque la realidad es que es muy poca la gente que le hace el aguante al pueblo mapuche. En verdad es mucha, pero es poca la que se anima a ir a los lugares, en momentos de represión. Porque -es lógico- la fuerza que tiene Gendarmería es brutal, y ya sabés que -si vas- mínimamente te vas a comer una re paliza; te van a re cagar a palos; te van a bajar un par de dientes; te van a hacer pasar horas detenida. Y yo, al tener hijos, no podía. Escuchaba la radio y tenía ganas de ir, pero no quería exponer a mis niños. Tampoco conseguí quién se quedara con ellos. Y al final, una se termina sintiendo una hipócrita, porque no pudo ir.

Y Santiago fue.

Y, siendo la persona que es el Brujo, como yo lo conocí, alguien sensible, solidario y consciente, sé que sintió lo mismo que sentí yo. Y él, al estar solo, y no tener hijos, fue para allá. Porque los llamados eran desesperantes. Había detenidos en Bariloche. Y hay que aclarar una cosa: para mí esto fue TODO ARMADO. Lo hizo el Estado Nacional. Porque esto fue todo junto: Benetton, Macri, Bullrich, Guido Otranto, todos están de la mano.

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La conversación vuela libre. Incluso hay risas, que descargan inocentemente, recordando a Santiago, anhelando su regreso. Entre recuerdos y reflexiones, "B" confiesa que "entre el Brujo y yo siempre tuvimos una conexión mística. Nos juntábamos y hablábamos sobre las misiones que a cada uno -suponíamos- nos tocaban en la vida. Charlábamos sobre el momento presente. Compartíamos la sensibilidad con la que veíamos el mundo. Él trabajaba con plantas, hacía aceites naturales, tinturas, medicina natural, por eso le decíamos el Brujo. Era brujito con las hierbas. Es una persona muy sensible".

"B" también refrenda la característica de Santiago de ser una persona amiguera, de juntarse a tocar la guitarra en grupo, comer algo, rappear, y reír todo el tiempo. "Nos llamábamos y nos preguntábamos qué estábamos haciendo, y nos juntábamos a tomar mate. Él hacía chapatis de polenta, que eran su especialidad. A veces llegaba a casa, y si yo tenías los platos sucios, él se arremangaba y se ponía a lavarlos, o a barrer".

Entonces "A" se sale de la vaina, y precisa agregar un dato que le parece trascendente: "La imagen que se tiene de él, que se lo ve con barba, rastas y el pelo largo, es un aspecto que contrasta con su pulcritud. Una vez vino a casa, con sus herramientas para tatuar, y su mochila con ropa. Me pidió permiso para bañarse. Tenía una pulcritud para ordenar todo que no cuadra con la imagen que una ve, o la imagen que dicen de él ahora".

"Es verdad", agrega "B".  "A veces yo tenía quilombo en casa, con los nenes, y me cagaba a pedos por el desorden".

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¿Qué reflexión les queda ante todo esto que está ocurriendo en torno a la desaparición forzada de Santiago?

B- Además de hacer responsable al Estado Nacional por la desaparición de Santi, quiero repudiar que (Pablo)Noceti sea Jefe de Gabinete de Seguridad de la Nación. Es una persona vinculada a la dictadura militar y claramente, la desaparición de Santiago, es una consecuencia de que esto se haya permitido. Porque lo supimos desde el primer momento. Se denunció públicamente, y la gente lo aceptó. Entonces, seamos conscientes de que nosotros elegimos a este Gobierno. Permitimos que se ponga como Jefe de Gabinete de Seguridad a una persona que estuvo vinculada a la dictadura militar. Entonces, no debiera sorprendernos que estén haciendo esto. No solamente desaparecieron a una persona, sino que además están investigando a todos sus vínculos cercanos. Nos están haciendo sentir personas que deberíamos estar escondidas, cuando nosotros somos amigos de él, y no tenemos nada que ocultar. Por lo tanto, tenemos miedo. Nos vamos a cuidar por nuestras familias, pero vamos a seguir luchando para que esto se esclarezca. Y que jamás se manche el nombre de nuestro amigo.

La ocupación humana en la zona de El Bolsón sólo fue posible cuando se retiraron los hielos de la última glaciación pleistocénica, la cual data de unos 14 milenios. Sin embargo, hoy corre un frío salvaje en esta ciudad cordillerana. Protección, refugio, albergue. Así lo buscan, y así lo siguen sintiendo muchos de sus habitantes. Quizá Santiago Maldonado lo haya sentido así, más allá del anhelo de viajar a la Meca de los artesanos por excelencia. Quizá. No lo sabemos. Ojalá podamos preguntárselo. Ojalá el Estado lo devuelva.



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Revista Anfibia

“No somos los docentes subversivos quienes metemos a Maldonado con fórceps en el aula, sino el mismo Estado el que nos pide que busquemos las formas de trabajar esos contenidos”, escribe Manuel Becerra, maestro de Historia. La desaparición de Santiago Maldonado se discutió en muchas escuelas argentinas, incluso a pedido de los mismos estudiantes. Los docentes fueron acusados de “adoctrinar”. El peor pecado, escribe el autor, es subestimar a los pibes: creer que son frasquitos de cristal que se pueden rellenar con emulsiones de malicia.






El miércoles 30 de agosto empecé la clase de Historia en 4° año con menos tiempo del habitual. La profe de Literatura me había pedido una de mis dos horas porque quería terminar de ver una película, de modo que solo me quedaban 40 minutos. En ese tiempo una tenía que hacer un repaso velocísimo –imposible, banal– de las políticas sociales del peronismo.

—Saquen la fotocopia, vamos a mirar rápido las páginas 67 y 68.

Los alumnos manipulaban constituciones nacionales, las apartaban, las guardaban.

—¿Tienen prueba de Derecho hoy?
—Sí —contestaron.

Así que un par de minutos después de encarar el trabajo para un lado, y con pocos minutos por delante, decidí darles una mano y mirar algunas cosas que, pensé, les podrían resultar útiles para la prueba.

—Esperen hagamos una cosa: agarren sus constituciones y busquen el artículo 14 bis. Guadalupe, léelo en voz alta.
—“El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes…” —empezó a leer Guadalupe. La iba frenando para hacer algunas puntualizaciones—. “…participación en las ganancias de las empresas…”.
—Quedémonos ahí.

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Empezamos un debate acerca del significado de este fragmento, del contexto político de la sanción de la reforma constitucional de 1949 y del de su anulación en 1957, de su soslayo a pesar de ser un derecho constitucional. La charla fue derivando hacia la inconsistencia entre la letra de la ley y su cumplimiento efectivo.

—Profe, ¿vio el video que salió sobre lo de Santiago Maldonado? —preguntó María V.
—No. A ver, busquen el artículo 75, inciso 17. Sabrina, léelo. Y Sabrina arrancó.
—“Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar… la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan”.
—Frená ahí.
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Quienes no son docentes ni alumnos desconocen la cotidianidad de los vínculos que construimos todos los días en las aulas. Esto impide reconocer algunas de sus lógicas de funcionamiento: un docente puede planificar hasta el más imperceptible de los detalles de una clase, seleccionar cuidadosamente los contenidos, materiales y consignas a desarrollar. Puede haber tomado todas las precauciones que nos enseñaron en el profesorado para reducir al mínimo el vacío o la falta de tiempo. Pero la clase, como toda aplicación real de un diseño imaginado, se topa con variables de incertidumbre.

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En el aula, esos elementos disruptivos, muchas veces, tienen que ver con un tejido social desgarrado y sus efectos –pibes llorando, golpeados, violentos, pibas embarazadas a los 13–, con la falta de infraestructura –faltó el único profe que tiene llave del armario donde está el proyector– y otros aspectos macro. Pero por fuera de las guadañas de la alienación que acechan al trabajo docente, hay una variable de incertidumbre que, por el contrario, es la más virtuosa de todas: la pregunta de los pibes.

Más aún: no cualquier pregunta sino la que funciona de punta del iceberg, de Aleph borgeano de inquietudes solapadas que se han ido configurando lentamente en la subjetividad de los pibes. Y por alguna razón, la desaparición de Santiago Maldonado funcionó así.

El acto educativo es una obra que no trata sobre los docentes. Los protagonistas del cuento son los chicos y las chicas que van adquiriendo esa rutina repetitiva de asistir a clase a un horario determinado para esperar todos los días más o menos lo mismo. En ese hábito que se extiende por 14 años de forma diaria y obligatoria es que está el más brutal de los adoctrinamientos, en todo caso, y no en lo que diga un docente.

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Pero decíamos: los protagonistas son ellos. La desaparición de Santiago Maldonado, y su rebote social y mediático, permiten trabajar desde ese caso cuestiones relacionadas a los Derechos Humanos, la propiedad de la tierra, los latifundios, los derechos de los pueblos originarios, el concepto de desaparición forzada, la vigencia de la ley, las relaciones de fuerzas entre el Estado y los empresarios, entre una infinidad de etcéteras que figuran no en una sino en varias materias de cualquier Diseño Curricular –esto es, la definición concreta de contenidos– de las escuelas argentinas. Por su parte, los marcos pedagógicos de toda la normativa educativa vigente impulsan la formación de sujetos críticos, solidarios, comprometidos con el sistema democrático, con herramientas para analizar su comunidad, su país y su mundo.

Dicho de otro modo: no somos docentes subversivos –por usar una categoría que parece haber recobrado vigencia– quienes metemos a Maldonado con fórceps en el aula, sino el mismo Estado el que nos pide que busquemos las formas de trabajar esos contenidos. Y este caso logró la materia prima, la piedra filosofal del acto educativo: alumnas y alumnos preguntando: ¿Dónde está Santiago Maldonado?

¿Cómo desaprovechar la oportunidad de tener a los pibes inquietos por un tema para trabajar los mismos contenidos que nos indica la ley?
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En escenarios de intenso debate político puede ser normal pasar, en el aula, de lo planificado al emergente en apenas 15 minutos. Políticas sociales del peronismo, reforma constitucional de 1949, Santiago Maldonado. Sin escalas. Porque así, con espasmos e intensidad, es como se marca la agenda en la coyuntura política argentina del siglo XXI.

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Ante eso, CTERA –la confederación de sindicatos docentes más importante del país– elaboró un cuadernillo de materiales para abordar la desaparición de Santiago Maldonado en las aulas. Algunos docentes decidieron tomar esas sugerencias, se detectaron esas actividades áulicas y sobrevino el escándalo: “Adoctrinamiento”. Hordas de indignados virtuales –y no tanto– compartiendo modelos de notas para negarnos a los docentes mencionar, frente a sus hijos, el nombre ardiente -porque quema, porque deja en evidencia, porque falta- de Santiago Maldonado.

Directoras y rectores desatados prohibiendo, de palabra, mencionar el nombre maldito del desaparecido. El remedio, para ellos y ellas, pareció conjurar el ensordecedor grito por su aparición por medio del silencio. Justo en la escuela: el lugar de las preguntas, de los gritos en el recreo, de las voces que susurran y ríen. Justo en el siglo XXI: donde aunque un docente no lo nombre en el aula las pintadas están, los videos circulan en las redes, los news bussinessmen agreden mapuches en su circo salvaje de los domingos a la noche. Justo en la era de la ubicuidad y la sobreinformación, la reacción inmediata fue imponer el silencio.

A la posmodernidad, al posfordismo, al postodo se le puede pedir cualquier cosa, menos silencio.

Taparles la boca a los pibes sólo les genera más ganas de gritar.
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Sospecho que hay una idea medio espectral sobrevolando la indignación de moda. Más allá de la evidente demonización que el gobierno ha hecho de los docentes –mafiosos, mercenarios, millonarios, faltadores–, los materiales de CTERA, la reacción –obvia– de los docentes de trabajar el tema en las aulas y la salvaje condena biliar que se desató parecen tener un hilo conductor. Tal vez sea la idea de que la publicación de materiales, por parte de un sindicato, implica que los afiliados al mismo vamos a salir acríticamente, como un ejército de caminantes blancos, cuadernillo en mano, a conquistar las aulas. Nuestras armas serían una retórica implacable que lava cerebros al instante, como un toque Midas que resetea las subjetividades que los pibes construyeron durante años y años, para derramar la cicuta: el nombre maldito del desaparecido.

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Por otra parte, los sindicatos tienen todo el derecho de publicar los materiales que deseen de forma inconsulta, en el marco de la libertad de expresión. Otro escenario es que sus afiliados, o docentes no afiliados, decidan usar esos materiales en clase. Como afiliado a un sindicato enmarcado dentro de CTERA, opté por no hacerlo (y me reservo, en este caso, las razones). Ni siquiera me sugirieron utilizarlos. Es más: no conozco de primera mano a nadie que lo haya hecho (pero, naturalmente, mi universo es muy limitado).

Las sugerencias didácticas que pueda elaborar un gremio no son –de ninguna manera– de cumplimiento obligatorio: sí lo son, en cambio, las indicaciones de los Diseños Curriculares y las leyes educativas vigentes. Y sólo el Estado tiene esa potestad, que es indelegable. 
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—Ustedes no lo van a creer, pero hay una campaña mediática feroz para que no estemos hablando de esto en este momento, que dice que la escuela debe ser apolítica y esto es adoctrinamiento.

Los pibes, las pibas, soltaron el mate y los bizcochitos en el banco, dejaron de mirarse una mancha en la remera de Boca, apartaron los ojos del celular con carcasa de brillantina, y me miraron incrédulos. Enseguida siguieron bufas e indignaciones. No les entraba en la cabeza las razones de esa condena.

Ellos fueron paridos con el cambio de siglo, transcurrieron casi toda su vida bajo el kirchnerismo. Nacieron en una Argentina feroz, pero con una institucionalidad democrática cuya legitimidad nadie pone seriamente en duda.

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Tal vez estas alumnas y alumnos, que han vivido toda su vida y transitarán toda su educación en una democracia sin amenazas, sepan perfectamente que todo lo humano es político. El peor pecado, siempre, es subestimarlos: creer que son frasquitos de cristal que se pueden rellenar con emulsiones de malicia. No: ellos entienden mucho mejor que la mayoría de los adultos lo que pasa adentro de un aula.

Un día tendrán voz. Un día participarán del debate público. Un día tomarán decisiones importantes.

Un día, ojalá, van a gobernar. Entretanto, exijámosle al gobierno la aparición de Santiago Maldonado.


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Pajaro Rojo

Al hacerme eco del informe de inteligencia (para)policial que llegó a manos del legislador Gustavo Vera y cuya existencia y contenido divulgó Rolando Graña en su programa Tercera Posición creo haber dejado claro que, a pesar de sus, prima facie, imperfecciones (como asegurar que Santiago Maldonado fue secuestrado el 31 de julio y no el 1º de agosto, o que tenga sellos de la PFA que dicen están en desuso) me parecía (me “olía”, si ustedes prefieren) a que era verosímil e incluso básicamente fidedigno, lo que obviamente tiene que establecer la justicia (el juez y la fiscal hace rato que debieron haber sido removidos por su absoluta negligencia y su obvia participación en el encubrimiento: baste recordar que no apartaron a la Gendarmería del caso, por lo que se supone que ésta se está investigando a si misma, un oxímoron). Vino a saberse luego que la confusión del “pluma” que lo redactó a mano pudo deberse a que ya el 31 de julio la Gendarmería había hecho dos incursiones violentas en el Pu Lof en Resistencia de la comunidad mapuche en Cushamen, ambas sin orden judicial (aunque si, con toda probabilidad cumpliendo órdenes del lugarteniente de la ministra Bullrich en la zona, Pablo Noceti) con sus miembros enardecidos porque tal como se publicó en exclusiva aquí, dos de ellos habían sido alcanzados en la cabeza por las hondas de revoleo, idénticas a las que, según la Biblia, David dejó fuera de combate a Goliath. Así fue como descargaron su ira sobre Santiago Maldonado.

Por supuesto, la Policía Federal, a requerimiento de la ministra, salió a decir que el informe era falso, algo de manual en estos casos. Pero hete aqui que Gustavo Vera replicó que fue el mismísmo jefe de la Policía Federal, el comisario general Néstor Roncaglia, quien impulsó que se hiciera público y lo “agitó” (sic).

A continuación, Pájaro Rojo ofrece tanto el texto publicado en nueva-ciudad.com.ar como el video de la intervención de Vera en la Legislatura porteña. Y da su opinión: todo, absolutamente todo lo que dice Vera le parece correcto. No se lo pierdan. En él Vera desnuda la absoluta ilegalidad con que se mueven los servicios de inteligenca en la Argentina, casi siempre al servicio del gran capital (para que tengan una idea, Benetton tiene ya casi un millón de hectáreas con enormes recursos mineros e hidrocarburíferos, casi un cuarto de la superficie de la nación) y contra esos “indios piojosos”, como los llamaba Sarmiento, que son un palo en la rueda para la completa entrega de la Patagonia a los capitales extranjeros.

Es vox populi que la Policia Federal tiene una interna con la Gendarmeria ya que hace muchos años que los Gendarmes, lejos de limitarse a resguardar y defender las fronteras, se dedican más y más a tareas específicamente policiales y a la represión del corte de vias federales, tareas que antes les eran propias de la Federal y que ésta desea recuperar. Vera denuncia, además y entre otras muchas cosas, que lejos de ser Santiago Maldonado el primero de los desaparecidos por las fuerzas de seguridad y policiales en la Patagonia, hubo muchos otros antes (habló de diez)  que muy posiblemente por ser aborígenes no lograron mover el amperímetro de unos medios de comunicación infectados de racismo y desprecio por “cabecitas negras” y desposeídos en general.

Vera también sostiene que hay un feroz interna dentro de la Policía Federal, lo que descontábamos porque el tumulto organizado al finalizar la manifestación del viernes de la semana pasada solo pudo haber sido protagonizado por la esctructura de “plumas”  (agentes de inteligencia de la PFA amparados en leyes secretas cuya condición no figura en ninguna parte, parte de los cuales -también hay taxistas y encargados de edificio, entre otros oficios- que tienen permitido y recomendado trabajar -como infiltrados- en otros sectores menos oscuros del Estado. (a los incrédulos les recomiendo que lean el último capítulo de mi libro El caso Nisman. Secretos inconfesables, o bien directamente el más cpompleto Iosi, El espía arrepentido, de Miriam Lewin y Horacio Lutzky).

Se supone que con la absorcion por parte de la Policía Metropolitana de las comisarías de la Federal, los bomberos, etc., a fin de parir ese frankestein bordó que es hoy la Policía de la Capital, gran parte de esa estructura -y casi todo el lumpenaje- debió pasar a depender del nuevo cuerpo.  Pero mientras hay generalizadas y vehementes sospechas de que la ministra Bullrich no fue ajena a la provocación montada por plumas travestidos de “anarquistas”, nadie apuntó contra el alcalde Horacio Rodríguez Larreta, de quien depende formalmente la Policía de la Ciudad. Rodríguez Larreta, cuyas discrepancias con Bullrich han sido notorias, sobre todo en lo que hace al orden público dentro de la ciudad, ha quedado desairado como un marido engañado, consciente de su cornudez.

Lo cierto es que también en la CABA la policía está fuera de control. Ayer una compañera me dijo indignada que había visto como policías de la ciudad uniformados sometían en Belgrano a dos chicos con uniforme de colegio privado que estaban adentro de un kiosko a vejámenos tras pedirle con muy malos modos que les enseñaran el DNI. “Muñequito, ¿que me mirás?” inquiría uno de ellos al pibe más alto, con inocultables ganas de pegarle una piña.

Hoy me desperté con la noticia de que Tomás, un chico que anoche celebró su 18 cumpleaños y que a la madrugada estrenaba su mayoría de edad acompañando en grupo con otros muchachos a dos compañeras de colegio a tomar el colectivo, fue literalmente secuestrado por los tripulantes de un automóvil blanco no identificado en la esquina de Entre Ríos y Constitución. Chicas y muchachos escaparon del lugar corriendo, pero uno de ellos tomó el número de chapa. Cuando ya por la mañana su padre se enteró de lo sucedido fue a la comisaria 18, donde lo tranquilizaron explicándole que ese auto que había levantado a Tomas al peor estilo años 70 era de “la Brigada”. Y como el padre insistió  en querer saber dónde estaba su hijo, y en destacar que no le habían dejado llamar por teléfono -como es obligatorio cuando alguien es detenido a fin de que avise a sus familiares o a su abogado-, el oficial a cargo, luego de admitir que la mencionada Brigada había procedido mal, le dijo que evidentemente lo habían levantado al voleo, y que al advertir que ya era mayor lo habían llevado a la villa de Zabaleta, en Parque Patricios, para que hiciera de “testigo” (?) en un procedimiento.

Como puede apreciarse, no sólo los mapuches y los pibes morochos y pobres están en peligro. Lo estamos todos, y especialmente los jóvenes. Comparar al gobierno amarillo con la dictadura genocida es una enormidad, pero no lo es en absoluto comparar el comportamiento de las fuerzas policiales y de seguridad con el que tenían durante la dictadura anterior iniciada en 1966, hace más de medio siglo, por el general Juan Carlos Onganía. La situación es idéntica a la de entonces… y no sé si no me quedo corto.

Los dejo con Vera. Más abajo, un video donde la legisladora Lorena Poikok (del Frente para la Victoria) enlaza los incidentes organizados por los “plumas” lúmpenes en Plaza de Mayo con el caso Maldonado.



DESAPARICIÓN FORZADA
Vera contó cómo se difundió el informe de inteligencia sobre Santiago Maldonado



El manuscrito destaca que “Personal de Gendarmería propinó una golpiza durante el traslado del detenido, quien fue sometido a bajas temperaturas durante la noche del 31 de julio, provocándole descompensación aerodinámica secundaria, hipotermia severa que evolucionó con paro respiratorio cardíaco, seguido de muerte, constatado por personal de Sanidad del Escuadrón 36 en las primeras horas del 1/08 (…) Se dispuso para su entierro en zonas descampadas de Esquel”.
El legislador porteño apuntó contra la Policía Federal y Néstor Roncaglia por la filtración del documento. En él, se dan supuestos detalles de cómo y dónde habría muerto el joven.
La aparición de un supuesto informe de inteligencia de la Policía Federal en el que se dan detalles sobre cómo y dónde habría muerto Santiago Maldonado generó cruces y acusaciones de todo tipo. Hace unos días, la Procuración contra la Violencia Institucional (PROCUVIN) confirmó que recibió el escrito anónimo que señala a Gendarmería como responsable de la desaparición forzada de Maldonado.

En el documento, que fue presentado ante el organismo por el legislador Gustavo Vera, se detalla con precisión patentes de Unimogs, nombres, apellidos y horas precisas sobre el operativo y la muerte de Maldonado. La PROCUVIN remitió el informe a la fiscal para que lo incorpore a la causa, aunque ahora se duda de su verosimilitud y se investiga qué hay de cierto en el material. Las sospechas recaen en que tendría un membrete del ministerio del Interior que no existe desde 2007 y un sello de la Policía sin firma.

Este jueves, el tema llegó a la Legislatura porteña. En la sesión, Vera apuntó directamente a la Policía Federal por la difusión mediática del escrito . “Ayer me encontré en el horario pico con una histeria en relación a un informe que presenté. Tengo la obligación como legislador de que cualquier denuncia que me llegue que tenga algún grado de verosimilitud de judicializarla”, aseguró. 
“Curiosamente quien lo agitó (al documento) en los medios es el jefe de la policía (Néstor) Roncaglia, que le dice a TN que agite ese informe. Ni la Procuración ni nosotros lo habíamos hecho público porque seguía el camino judicial de una denuncia anónima que tenía muchos elementos de verosimilitud, pero que aparece con un formato trucho”, detalló.


Comisario Néstor Roncaglia: Obligado a negar un informe que parece de buena calidad y cuya difusión él mismo habría alentado.
“¿Por qué lo agita Roncaglia con el señor (Luis) Otero, (periodista) de TN? ¿Por qué lo agita y después lo desmiente en Twitter? ¿Será que se está cubriendo porque en este momento tienen una interna? ¿Será porque estaban haciendo inteligencia sin ninguna autorización judicial?”, dijo en referencia al comunicado de la Federal por Twitter en el que se desvinculaba del hecho.

Desde la Procuración explicaron hace unos días al portal Política Argentina que la PROCUVIN “remitió inmediatamente (este material) a la causa”; que de todas maneras “no tiene por qué ser cierto” y que es la fiscal quien es la encargada de “investigar su verosimilitud”.

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