

Vista aérea de la Plaza de Mayo, colmada de gente que se acercó a rendirle el último tributo al ex presidente Néstor Kirchner.
La muerte de este hijo de Santa Cruz generó manifestaciones espontáneas por parte del pueblo argentino y latinoamericano, de los ciudadanos de común condición a los primeros mandatarios de la Patria Grande. Ciudadanos y dirigentes lo reconocen como la figura de un estadista por estructurar, mediante un poderoso trabajo social, un Estado que contuvo a todos y todas; porque trascendió las fronteras de su terruño sentando precedente de brillante gestión en los terrenos de la diplomacia y la economía financiera, defendiendo los intereses de nuestro país frente a las demandas de los organismos internacionales que gobiernan la economía mundial; porque contribuyó a consolidar las democracias de los países iberoamericanos, impidiendo con su mediación conflictos bélicos entre naciones hermanas y crisis internas que hubiesen podido afectar la vida democrática de naciones libres; en vísperas de la impunidad, porque impulsó una política activa en materia de Derechos Humanos, incentivando las anulaciones de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final .
Fue lo que consideramos un verdadero Hijo del Pueblo: un vecino de Río Gallegos que logró trascendencia internacional, siendo incluso homenajeado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Su vocación política lo llevó a cumplir diversos cargos a nivel comunal y estatal, tanto provincial como nacional, pero también en la comunidad política latinoamericana; a saber: Intendente de la ciudad de Río Gallegos (1987-1991); Gobernador de la Provincia de Santa Cruz (1991-2003); Presidente de la República Argentina (2003-2007); Diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires (2009-2010); y Secretario General de la Unión de Naciones Suramericanas (U.NA.SUR.) (4 de mayo al 27 de octubre de 2010).

Escultura que recuerda al ex presidente en la entrada de la moderna sede de la Unasur, que además lleva su nombre, en la ciudadela de mitad del mundo, en las afueras de Quito

Néstor intendente de Río Gallegos junto a cuatro o cinco compañeros, hasta las rodillas de nieve y empujando el "renó12" de un desconocido en dificultades, durante una nevada en 1992
Entre los vecinos de la ciudad se lo recuerda en su paso por la intendencia por obras como la construcción de Gimnasios barriales, como el 17 de Octubre, el Verón o el Lucho Fernández, así como por la urbanización del municipio desde rotondas e iluminación hasta la pavimentación de zonas periféricas.
En el área social, a cargo de Alicia Kirchner, se destaca la creación de Centros de Integración con Atención primaria de salud: fundamentales para una de las provincias más australes y alejadas del centro del país donde las clases oligárquicas concentraron los beneficios y los accesos generados por el Estado de Bienestar, cual fue interrumpido por golpes militares durante el siglo XX. Desde esta gestión municipal ya se observaba un fuerte principio de desendeudamiento como requisito básico para la progresión de la comunidad como luego será celebre al ser el presidente que mayor quita de deuda logró desde el descalabro financiero que generó la generación de 1880, es decir, desde la presidencia del General Roca.
Roca, siendo presidente, aprobó la ley más cruel de la legislación argentina, la 4144, la llamada “Ley de Residencia”, por la cual se expulsaba a todo extranjero que perturbara el orden público y que se aplicó principalmente a obreros que promovieron el avance de la justicia social, luchando por las ocho horas de trabajo, por ejemplo. Como contra parte, tenemos al propio Kirchner y su incentivo a la creación del Programa Nacional de Normalización Documentaria Migratoria para los extranjeros de los Estados Parte del MERCOSUR y de los Estados Asociados (conocido como Programa Patria Grande), el cual constituyó una verdadera excepción y punto de inflexión en un contexto internacional en el cual las legislaciones migratorias se orientan, de forma mayoritaria, al cierre de puertas a los extranjeros como podemos observar en la multiplicación de centros de refugiados y las actitudes que han tenido mandatarios de países centrales europeos y de los Estados Unidos donde las deportaciones violentan contra el derecho humano a migrar. Reconocemos a Roca, entonces, con el calificativo de Genocida, por llevar adelante la (mal) llamada por la historiografía oficial Campaña o Conquista (Masacre, mejor dicho) del Desierto. Esta consistió en una “limpieza” de la Patagonia. Sin reconocer a los aborígenes originarios como dueños de esas tierras realizó un exterminio para otorgar dichas tierras a unos pocos propietarios, regalando o vendiéndolas a precios irrisorios a terratenientes vinculados por lazos económicos y familiares a los diferentes gobiernos que se sucedieron en aquel periodo.
No es casualidad que los mismos apellidos aparezcan festejando el cáncer que padeció Evita o los bombardeos del ’55. Y ni hablar ver a esa elite aplicando políticas acordes a los mandados del capital internacional como las de Martínez de Hoz en los ’70 y como hace hoy Peña Braun. Son las clases dominantes apátridas utilizando los recursos del Estado para sí mismos y sus socios en el extranjero. Y es por ello, que el cambio de la calle de Roca es incluso insuficiente mientras en la misma arteria riogalleguense se encuentre un busto de semejante personaje salido de la oscuridad de la historia, pero aggiornado por el discurso dominante de la historiografía Mitrista. Esta, es la misma que sigue operando sobre la opinión publica al día de hoy a través del multimedio hegemónico, ¿es esta la identidad que queremos inculcar a nuestros hijos y nietos y sus descendientes?
Con la nominación de esta avenida de la ciudad de Río Gallegos en memoria de Néstor Kirchner, reafirmamos una decisión cultural de cambio social autentico. Sirve para recodar que la defensa de nuestros propios principios y postulados filosófico-políticos basados en el bienestar de las mayorías humildes son el camino y el destino que hemos de elegir para con los pueblos argentino y americano. Es testimonio de que es posible transformar y mejorar la vida de los ciudadanos y ciudadanas. Esa herramienta para tal transformación no es otra que la voluntad política de participar y no quedarse callado, de no dejarse patotear, como decía Néstor.
La hora de los pueblos siempre nos exige, y el haber dejado un registro en el mapa urbano de su ciudad natal instauró un hito que es considerado y será reconsiderado por dirigentes de generaciones venideras, quienes, mediante el revisionismo histórico, podrán argumentar con solidez en el futuro esto que ahora buscamos defender.
Donde antes estaba Roca hoy está Kirchner; y ello constituye en buen ejemplo a seguir. Quien salió de las entrañas de la tierra santacruceña, promulgó a los cuatro vientos e hizo efectiva la inclusión y la justicia social como concepto político representa con su nombre no sólo la principal arteria de la ciudad capital de Santa Cruz, Río Gallegos, sino que se ha vuelto sinónimo de lucha y perseverancia entre los miles de jóvenes que se arrojan a la política buscando acabar con el desánimo y desasosiego que la cultura neoliberal implanta en los quienes se conmueven frente a las injusticias de un sistema que no los tiene en cuenta más que para ser los nuevos explotados. Nadie mejor para contrastar ese apoliticismo que el político que supo enfrentarse a los poderosos del país, la región y del mundo.

Larga fila de personas sobre la Avenida de Mayo esperando para dar su saludo final a Néstor Kirchner