
Nota de opinión publicada en Revista Parlasur N°10 en vísperas del supuesto "auto-golpe" en Venezuela.
Situación a la fecha retrotraída y en momentos de una constituyente.
Dejamos portales y blogs para visitar e informarse más allá de los medios hegemónicos. También la copia de la nota en este formato para mejor lectura.
Listado de Medios alternativos:
Telesur
RT
Resumen Latinoamericano
Latinoamerica Piensa
NODAL
Prensa Latina
Cuba Debate
ALBA Movimientos
Portal ALBA
Nuestras Voces
El Diplo Cono Sur
ANNUR TV
El Disenso
Caras y Caretas UY
Agencia Paco Urondo
Venezuela como fin
Dice el viejo refrán atribuido a Maquiavelo que el fin justifica los medios. Ahora bien, cuando el fin último es el avance de una estrategia geopolítica parece que los medios de comunicación, concentrados y hegemónicos, no dan respiro. En perspectiva regional, la conflictividad y el descontento social han ido in crescendo de la mano de la restauración de las fuerzas neoliberales de las clases dominantes en nuestra América, como sucedió en Honduras, Brasil, Argentina y Paraguay. Por tanto, la situación política en la hermana Venezuela se resignifica. Sería muy fácil, pues, repetir los titulares de la CNN, la BBC, O’ Globo, Clarín, La Nación, El Mundo, El País o el Nuevo Herald, medios que responden a los intereses contrarios a las necesidades de las multitudes de sus países, ya que estaríamos ante una realidad manipulada y parcializada. Es decir, que la opinión pública mundial responde así a una cultura impuesta que resulta en un envase plástico vacío de contenido. Por ello, la diferencia entre “lo que se dice” y “lo que vemos” sobre Venezuela es inmensa, y lo vemos repetirse regionalmente.
En primer lugar, en esa confrontación ideológica entre esos medios de comunicación con acciones funcionales a los intereses del establishment internacional y sus aliados locales de las oligarquías nacionales, nos encontramos simplemente con empresas cuya motivación principal es obtener beneficios del tratamiento mercantil de la información. En segundo lugar, la realidad venezolana no solo es la que de manera más sistemática ha sido manipulada, sino también la más desvirtuada del contexto internacional, pues cuando el diario argentino La Nación o el portal ABC de España o el New York Times de Estados Unidos titulan sobre Venezuela, lo hacen creando la imagen de que allí solo reina la violencia política y el autoritarismo, siendo cómplices por omisión de las matanzas en medio oriente. En otras palabras, cuando la línea política afín a los poderes concentrados internacionales y sus patas locales en nuestros países latinoamericanos y caribeños señala a través de sus medios de comunicación una “dictadura”, hay que preguntarse también qué significa “democracia” para estos medios.
Saltando el cerco creado por esta distorsión informativa de lo que se dice y se omite sobre la situación venezolana, esta se presenta como una encrucijada de poderes que se intenta definir como “golpe institucional” o “auto-golpe”. Pero, no sólo conlleva su correlato constitucional, sino que incluso es manifestación de la presión sobre la comunidad internacional como estrategia para incidir políticamente: suspensión del MERCOSUR, Carta Democrática o intervencionismos como el papel jugado por el Secretario General de la OEA, la cual poco ha dicho sobre lo acontecido en República Dominicana en 1965; Guatemala en 1954; en Chile en 1973; el asilamiento diplomático a Cuba desde 1962; o el bombardeo a Panamá de 1989.
En la actualidad, vemos como los gobiernos neoliberales de la región dicen estar muy preocupados por la población venezolana, que según informes de la ONU sigue tendiendo mejores indicadores sociales que casi todos los países de la región. Pero nada se dice ni se hace, por ejemplo, a propósito de la crisis institucional que vive Paraguay en su Congreso y en sus calles. Se incluye, a su vez, ausencia de acciones “de urgencia” y falta de declaraciones sobre Honduras, con una alta tasa de homicidios o sobre México, con desapariciones como la de los estudiantes de Ayotzinapa, por ejemplo.
Así, entonces, este debate sobre la caracterización de los procesos que se están desarrollando en Venezuela, qué democracia queremos y cómo la podemos fortalecer, sigue estando íntimamente relacionado con la presión internacional como parte de un proceso mucho más largo y profundo. Forzar al aislamiento internacional ha tendido a ser una de las últimas prácticas que aceleran la renuncia de gobiernos democráticamente electos junto a las armas psicológicas, socio-económicas, golpes parlamentarios, jurídicos e intervencionismo militar con toma de edificios gubernamentales. Nada nuevo para la historia de nuestra región: la misma amenaza pesa sobre nuestros recursos naturales.
A pesar de lo acertado o desafortunado de la decisión del Tribunal Supremo de suplir facultades de la Asamblea Nacional por estar en desacato desde hace más de un año, revertida luego, lo seguro es que este momento de la historia venezolana reciente advierte el complejo escenario que se viene, a la vez, que nos impone repensar las herramientas de transformación que pretendemos desplegar. Una vez más volvieron las modalidades de la intolerancia, si es que alguna vez se fueron.
Mario Metaza
Parlamentario del MERCOSUR - Argentina